miércoles, 17 de junio de 2009

Las nefastas consecuencias del autoengaño

Os presento hoy un texto de uno de los últimos libros publicados por Eduardo Punset: El viaje al amor, las nuevas claves científicas. Para quién no lo sepa, Eduardo Punset es uno de los mayores divulgadores científicos que ha dado este país, y además es el director y presentador del programa científico de televisión española: Redes.

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En el extracto se habla sobre el autoengaño, las personas que mienten tanto a los demás, como así mismos… ¡Ojo con esta gente!.

El punto de partida del autoengaño reside en la costumbre de formular generalizaciones positivas sobre uno mismo y particularmente negativas cuando se trata de los demás. Es un mecanismo psicológico complicado que conduce, irremediablemente, a buscar en cualquier parte motivos que apoyen la opción elegida por uno mismo, ignorando los datos del contrario.

Mucha gente se ha arruinado en la bolsa de valores y en la del amor a causa de esta <<desviación sesgada>>….

La mayoría de veces el autoengaño es inconsciente y utiliza un tipo de información escondida que no cristaliza en el lenguaje. Los engaños conscientes suponen una extorsión continuada del pensamiento que requiere más esfuerzo y mayor voluntad que el engaño inconsciente. De ahí que su utilización acostumbre a ser breve y se recurra a él en última instancia. La mayor parte del autoengaño es inconsciente y está vinculado al grado de confianza en uno mismo o autoestima. Tanto es así que se podría concebir el exceso de confianza en uno mismo como un instrumento de la selección natural, porque ese exceso afecta al comportamiento de los demás, que se sienten subestimados o en inferioridad de condiciones.

En resumidas cuentas, recurrimos a una información invisible, escondida en el organismo mediante múltiples barreras, para confundir al interlocutor. Y este mecanismo para vencer al otro puede funcionar, simultáneamente, con el impulso de fusión y las estrategias del amor. Es bien conocido que la falta de confianza en sí ismo no funciona en el proceso de selección sexual. La persona enamorada también quiere ganar la partida y sojuzgar al otro. Aunque sea recurriendo al autoengaño inconsciente….

Los indicios de la profusa utilización del autoengaño aumentaron, sin cesar, a lo largo de los años –tanto a nivel del dominio individual como también y sobre todo del poder institucional y político-…

(A continuación presento el extracto de una conversación de Punset y Robert Trivers, la máxima autoridad mundial en autoengaño).

Eduardo Punset- Afirmas que cuanto mejor nos engañamos a nosotros mismos, mejor engañaremos a los demás ¿Cómo funciona el autoengaño?

Robert Trivers- El engaño es inherente a la vida en todos sus aspectos; adonde quiera que mires, siempre encontrarás engaños en la naturaleza. Los virus engañan al sistema inmunitario para penetrar en la célula. En el genoma existen ejemplos de genes que fingen ser otros para conseguir una ventaja o multiplicarse. Y también abunda el engaño dentro de la misma especie. Si se produce una selección para que yo te engañe y una selección para que tú puedas detectar mi engaño evitando las consecuencias, entonces se puede producir un mecanismo de selección para que yo esconda mi engaño más profundamente de manera que seas incapaz de detectarlo.

EP. Y una manera de esconder más profundamente que te estoy engañando es no ser consciente de ello.

RT. Exactamente. Si ahora mismo te miento conscientemente sobre algo que te importa muy especialmente, tú te fijarás con mucha atención en el brillo de mis ojos, en el tono de mi voz, en si me sudan las manos. Pero si ni siquiera soy consciente de que te estoy engañando…

EP. Entonces, claro…

RT. … perderás todas estas pistas para detectar el engaño. Cuando empezamos a comunicarnos entre nosotros mediante el lenguaje, aumentaron muchísimo, evolutivamente, las posibilidades de engaño, así como las posibilidades de autoengaño. 

EP. Yo llevo años sugiriendo que hablando la gente no se entiende, sino que se confunde.

RT. Para engañarte yo querré presentar argumentos que parezcan destinados al bien común pero que, en realidad, reflejen mis propios intereses e intentaré esconder esta contradicción a quien me esté escuchando. Tenemos una capacidad tremenda para crear sistemas de creencias sesgados en los que, a pesar de todo, creemos invertir sinceramente. Se trata de un aspecto fundamental de la psicología humana que conlleva efectos desastrosos en ciertos contextos. Sobre todo, en el terreno de las relaciones internacionales y de la política nacional.

EP. A veces resulta difícil sumergirse en la tentación de mentir conscientemente. La gente, me imagino, tiene que esforzarse para ello. ¿Hay motivos fisiológicos que induzcan a mentir inconscientemente?

RT. Hay una vertiente del autoengaño de la que no me había percatado antes. Mentir conscientemente resulta agotador para el cerebro. Y por ello, resolverás menos fácilmente las tareas que tengas por delante, incluso cuando esas tareas no tengan nada que ver con la mentira. Al ocultar una parte de la contradicción en el inconsciente, mitigamos la presión interna de la propia mentira y, por lo menos a corto plazo, el rendimiento cognitivo es mejor en la mentira con autoengaño que en la mentira consciente.

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