No deja de llamarme la atención las formas y el rasero que imponen los conservadores a las acciones que atentan contra “su modo de vida” y a los cambios en general que se registran en una sociedad y a quienes los ponen en práctica.
Y es que creo que a veces nos encontramos con el famoso “a Dios rezando y con el mazo dando”. Quizás me equivoque, pero quiero exponer ciertas reflexiones.
Creo que la actitud oponerse de las cosas, y luego favorecerse de ellas es algo que muestra al humano más falso. Ya a principios de los 80, la extinta Alianza Popular, donde militaban políticos como Álvarez Cascos o Fraga, se oponían de forma dura y ostensible a la ley del divorcio. Años después todos sabemos que la derecha que salió a la calle, y en especial Cascos, hacen buen uso del divorcio.
Volviendo a estos tiempos, nos encontramos con los problemas que la derecha crea a las nuevas leyes y derechos de los españoles.
Partimos de la controvertida asignatura de Educación para la Ciudadanía. Yo entiendo esta asignatura como un intento del Estado para educar en valores constitucionales (y no olvidemos que la Constitución es para todos, la Iglesia Católica no).
Las familias de derechas están en contra de esta asignatura y, entre otras, que se hable de forma positiva de la homosexualidad a sus hijos. Demuestra que no comparten la libertad sexual expuesta en la Constitución. Pero si pretendían que una asignatura como religión se impartiera y computara en las notas de los expedientes académicos, cuando trata a la homosexualidad como una enfermedad. Un tipo de “valores” que muchos españoles no compartimos. Ahí encontramos un maravilloso doble rasero.
Pero bueno, ellos han de educar a sus hijos en valores y no debe ocuparse el Estado. Partiendo de compartir esta idea, no entiendo ahora el problema creado por la nueva ley del aborto. Es una ley que garantiza el derecho a abortar a quien lo desee a partir de los 16 años.
¡¡ Eso es un peligro !!, dice la derecha. ¿Por qué?, ¿no van a educar ellos en valores a sus hijos? ¿no van a explicarles y aleccionarles sobre lo que es bueno y es malo? ¿a caso no confían en su propia educación? ¿necesitan prohibiciones para educar?.
Yo no creo en la religión católica ni en la Iglesia, y no pido que lo ilegalicen. Yo no voy a enseñarle esos valores a mis hijos, por tanto no me importa que halla creyentes. ¿Por que en cambio la derecha siempre quiere prohibir lo que ellos no comparten?
Lo que deben hacer es educar de verdad a sus hijos en sus valores y permitir a los demás que decidan sobre sus vidas. Si no son capaces de hacerlo allá ellos. Pero os aseguro que más de un padre de derechas que se manifiesta ha acompañado a su hija a abortar para evitar un escándalo.
Y para terminar me gustaría hablar de la Iglesia como institución, a algunos de sus curas y recordar como evitan los embarazos, que suele consistir en abusos a menores de sexo masculino.
Menos mentiras, menos linces y falacias de los conservadores y más respeto.
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