Ya estamos cansados de la misma cantinela de siempre. De las presiones ejercidas desde muchos de los ámbitos judíos para cortar cualquier tipo de libertad que esté relacionada directamente con ellos.
La pasada semana, la Federación de Comunidades Judías de España criticaba una viñeta de Romeu publicada por El País, y en esta ocasión ha sido Rafael Schutz, el embajador de Israel en España también la ha criticado.
Rafael Schutz ha comparado la viñeta como “propia de un fanzine neonazi” y la considera “una afrenta al pueblo judío”. La presento a continuación para que cada uno extraiga su opinión.
Para mí el problema llega cuando el rasero se utiliza de distintas formas. Es decir, la mayoría de producciones cinematográficas en EEUU llevan una producción judía. En sus grandes producciones de acción, alemanes, asiáticos y musulmanes representan la maldad personificada. Pero eso a ellos no les importa, ya que todo puede ser criticado menos ellos, que aluden al antisemitismo ante cualquier tipo de reacción que les ponga en una situación delicada.
Llegando al extremo más bochornoso, algunos grupos judíos de presión intentaron prohibir la película de Mel Gibson La Pasión de Cristo por antisemita, ya que ella eran los judíos los que mataban a Jesús, y la consideraban antisemita.
No se como una comunidad como la judía puede tener la vergüenza de utilizar los horrores ocurridos en el pasado para dar lástima en el presente, a la vez que levantan muros, crean guetos y asesinan impunemente a civiles. Deberían tomar ejemplo de Japón y Alemania, que se arrepienten de sus errores e intentan olvidarlos, y no dar en oriente medio lo que recibieron en el pasado.
Y no quiero olvidar a los medios de derechas de este país que defienden a capa y espada lo indefendible, entre los que destacaría a Libertad Digital.