Una auténtica ciudad fantasma de nueva construcción en la que no vive nadie. Os dejo el artículo de www.libertaddigital.com y un vídeo donde puede verse lo impresionante de las edificaciones y sobre todo… del terrible vacío.
Los que pensaban que el crecimiento económico de China en estos dos últimos años era anormal tienen un motivo más para desconfiar de la supuestamente saneada y boyante economía del gigante asiático. En la región de Mongolia Interior, en plena estepa colindante con el desierto de Gobi, los mandarines comunistas de Pekín han construido una ciudad nueva, sembrada de avenidas y edificios de cristal en la que, sin embargo, no vive nadie.
Las obras de Ordos, que en chino significa Palacios, comenzaron hace 7 años y en ellas han trabajado 40 arquitectos de 29 países diferentes. Cuenta con un área residencial, un centro comercial y multitud de edificios de oficinas de diseño, dignos de las mejores capitales europeas. Durante los años de la construcción Ordos ha sido lo más parecido al nirvana para los arquitectos.
Pretendía ser un referente urbanístico, un escaparate de la región a la que ya se la conoce como la Texas de extremo oriente. Con la llegada de la crisis financiera y el subsiguiente parón en el comercio internacional, el Gobierno chino, lejos de abandonar el proyecto, ha pisado el acelerador culminando una faraónica obra que languidece solitaria en medio de la estepa, con la arenosa ribera del río Amarillo como único acompañante.
Los habitantes de la región, más de un millón y medio según el último censo, no se han mudado a los apartamentos y chalets de la flamante nueva ciudad porque los precios de la vivienda son prohibitivos. Muchos han comprado, pero como inversión. Otros quieren comprar, pero no se lo pueden permitir por la escalada del precio de la vivienda que China sufre desde hace un año. Un escenario que recuerda mucho al que padecimos en España entre 2002 y 2007 y durante el cual se levantaron complejos inmobiliarios que hoy están desiertos, inacabados o ambas cosas a la vez. El más emblemático de todos ellos la macrourbanización de Seseña, edificada como una ciudad autosuficiente en un páramo a mitad de camino entre Toledo y Madrid.